
Conocemos a Erika Ewald, una profesora de piano discreta, sin vida social y con una atmósfera familiar de incomunicación, cuya vida cambia de rumbo cuando conoce a un virtuoso del violín durante unos ensayos en el conservatorio donde trabaja. Tanto cuando tocan música como cuando conversan Erika siente un amor suave e inocente por el chico. Sin embargo, cuando él le confiesa sus sentimientos hacia ella, el temor se instala en su corazón y siente las contradicciones de un corazón enamorado. Y esta contradicción entre la paz y la angustia, el deseo y el miedo, la decisión y la incertidumbre, pugnan en su interior y a través del tiempo en el amor de Erika Ewald.
Oh, si alguien sabe intuir las formas del sentimiento más complejo del ser humano, que ha atormentado de la persona más plena a la más insípida, este es Zweig. L’amour. ¡Con cuánta impotencia nos lo describe la Real Academia! “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y la unión con otro ser”, “Sentimiento hacia otra persona que nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa”. Propongo que reproduzcan el texto íntegro de esta novela como el paradigma.
¿Son todos los amores complicados de la misma forma? No. El amor de Erika Ewald es completamente distinto a los que he conocido en las otras obras de Stefan Zweig. En Carta de una mujer desconocida era un amor desesperado, intenso y ardiente como el fuego. En Confusión de sentimientos era un amor socialmente inadmisible, que nace del intelecto y penetra progresivamente en el corazón. En Veinticuatro horas en la vida de una mujer era un amor contemplativo, lleno de admiración hacia un alma resplandeciente que se hunde en la oscuridad de una adicción. En esta historia, en cambio, encontramos por primera vez una reciprocidad, no se trata de un amor unilateral. Sin embargo, estamos ante dos sentimientos que se esquivan constantemente como los lados iguales de dos imanes. El lector es testigo melancólico de estas fuerzas cuyo funesto destino es no encontrarse, desviándose siempre por las indecisiones y las circunstancias.
Erika no está preparada para la culminación de felicidad y pasión que le ofrece un violinista sumamente enamorado. Y huye, huye instintivamente sin saber que acaba de perder un tren que no volverá nunca más. Una moraleja que baña en oro la realidad del inexorable e incesante paso del tiempo, de este instante que, cuando lo encuentras, querido lector, ya no está allí.
En conclusión, otra pequeña gran obra maestra del que ya es mi escritor europeo favorito de todos los tiempos. Ahonda una vez más en los sentimientos más complejos con palabras elegantes y armoniosas, sin exceso ni defecto de palabras. Y en cien páginas Erika Ewald pasa de ser un nombre anónimo a representar una lección indeleble.
9 Comments
Diana
Creo que ya has podido sentir lo mucho que me devolvió la vida esta reseña gracias a twitter. ME HAS EMOCIONADO. En cuanto vi como novedad, mi mente se sobresaltó y gritó: ERIKA EWALD. *~* Me encanta como escribes, jooooo, ¡PERO ME ENCANTA TANTO QUE ME DEJAS SIN PALABRAS! Tienes una facilidad… ¿te cuesta mucho reseñar libros? A mí lo suficiente como para entristecerme. Tan feliz, ¡mil gracias por esta maravillosa y especial reseña! Ya imaginarás todo lo que significa para mí. *O*
Neus
Pues creo que este me gustaría mucho
tengo al autor apuntado precisamente por esa idea del amor y esos personajes intensos
ya estoy por aquí de nuevo, ¿cómo vas tú?
un beesote
Lady Aliena
No he leído nada del autor y casi me da vergüenza decirlo. Cuando me ponga, seguro que me voy a tener ganas de más. Un beso.
Mientras Leo
Zweig me encanta, sus pequeños universos y sus enormes historias. Erika es la oportunidad que no lega o la que se va. Una historia que disfruté muchísimo en su día
Besos
mer
Yo soy muy fan de Zweig, me pasó un poco como a ti: lo leí por primera vez y ya no pude dejarlo, me gusta todo de él y me encanta cómo habla de los sentimientos. Si te gusta la historia, te recomiendo también El mundo de ayer (una autobiografía, es genial) y Momentos estelares de la humanidad (contados al modo Zweig: precioso). Éste no lo he leído y ya tengo ganas. Un saludo!
Tatty
Del autor solo he leído Mendel el de los libros y me gustó mucho, por lo que tengo pendiente repetir y esta obra no la conocía, pero parece que también merece la pena
Besos
Reich TheCure
¡Hola!
Hermosa entrada^^
Solo con leerte me entran ganas de coger mi ejemplar de Carta de una mujer desconocida 😉
¡Un saludo!
Shorby
Me encanta el autor, lo leeré seguro =)
Besotes
Karou!
Siempre es una delicia leer tus reseñas y especialmente estas, contadas con tanta pasión e intensidad. Yo este año me he iniciado también con el señor Zweig, he leído Carta a un desconocida y ¿Fue él? También el relato La estrella sobre el bosque y me han encantado, especialmente la maravillosa forma de describir los sentimientos que tiene este señor, también se está convirtiendo en uno de mis favoritos y tengo bastante claro que quiero leer todos sus libros.
Saludos!