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El baile, de Irène Némirovsky

Los felices y locos años veinte se vivieron con fervor en París. La Gran Guerra era cosa del pasado y la vida, la alegría y la prosperidad se respiraban en el aire. La paz parecía haber llegado para quedarse y los problemas del mundo podían esperar. La Ciudad de las Luces era una fiesta sin final, en sus cafés se inspiraban escritores como Hemingway, Scott Fitzgerald o Proust, y en sus talleres pintaban con frenesí Picasso, Modigliani, Man Ray, Matisse, Dalí y Miró. En este paraíso terrenal incluso la pobreza era romántica, bohemia, libre. Un año antes de que muriera este esplendoroso instante de la historia de París con el crack del 29, Irène Némirovsky empezó a escribir El baile, que publicaría en 1930 y con el que obtuvo un éxito inmediato.

Un buen golpe en la Bolsa cambia completamente la vida de la familia Kampf. De la noche a la mañana, ¡son ricos! Se instalan en un opulento piso de París, tienen criados, viven rodeados de lujos y su hija de catorce años, Antoinette, empieza a asistir a clase de inglés y de piano. Ávidos de reconocimiento social, deciden ofrecer un gran y deslumbrante baile en su casa en el que está invitada la flor y nata de París. Pero cuando la madre de Antoinette, Rosine, le prohíbe asistir al baile a su hija, ésta, aborrecida de esta nueva vida y del esnobismo de sus padres, decide vengarse.

En menos de cien páginas Némirovsky consigue construir una nouvelle redonda que te engancha irremediablemente a la historia desde la primera página. La indiscutible protagonista de la narración, Antoinette, es una adolescente permanentemente irritada con su madre, le exaspera su falsedad, su hipocresía, su conducta, constantemente intentando mostrar una elegancia que le sale postiza, ocultando con vergüenza su pasado humilde, ansiando encajar en este mundo cuyas puertas la inesperada fortuna adquirida por su marido parece empezar a abrir. Los Kampf son lo que se conoce como nouveau riche o nuevos ricos: gente provinente de una clase social inferior que, aunque por la razón que sea han ganado mucho dinero, siguen actuando de forma vulgar, sin delicadeza, sin elegancia, sin la distinción propia de la clase alta.

Antoinette parece ser la única que ve lo ridículo que es el papel que han asumido sus padres desde que son ricos, de lo lamentables que son sus intentos de aparentar algo que no son. Y, aunque te lo relata un narrador omnisciente, a medida que avanza la historia vas haciendo tuya la rabia de Antoinette, acentuada por la indiferencia rayando al desprecio que recibe de su narcisista madre, acrecentada por la monotonía llena de clases soporíferas en la que han instalado su vida y rematada por la rotunda negación de sus padres a su asistencia al baile.

“De pronto se sintió poseída por todo su futuro, sus jóvenes fuerzas intactas, su capacidad para pensar: “¿Cómo se puede llorar de esa manera por algo así? ¿Y el amor? ¿Y la muerte? Un día morirá… ¿Lo ha olvidado? ¿Así que también las personas mayores sufrían por cosas fútiles y pasajeras? Y ella, Antoinette, les había tenido miedo, había temblado delante de ellos, de sus gritos, sus cóleras, sus amenazas vanas y absurdas…”

No te voy a contar cómo decide vengarse Antoinette ni cuál es el fatídico resultado de su berrinche pero, aunque lo hiciera, podrías disfrutar igualmente de esta lectura. Y es que El baile no destaca por sus giros inesperados, sino por la exquisita contención y precisión con la que Némirovsky te va acercando de forma concisa y controlada al previsible -pero magistral- desenlace. Y al final te queda el regusto de haber leído una pequeña joya, aparentemente sencilla, que te deja con ganas de más y mejor Némirovsky.

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Pintura de la cabecera: Misia, de Henri de Toulouse-Lautrec (1897).

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9788498380231Título: El baile.

Autor: Irène Némirovsky.

Traductor: Gema Moral Bartolomé.

Título original: Le Bal.

Editorial: Salamandra.

Páginas: 96.

Precio: 11€

ISBN: 9788498380231.

 

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