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La educación sentimental, de Gustave Flaubert

Los más avezados a la literatura de Gustave Flaubert, maestro del realismo, suelen asegurar firmemente que la mejor de sus obras, su obra maestra, no es Madame Bovary, sino La educación sentimental. Publicada en 1869, La educación sentimental despertó la admiración de escritores tales como Émile Zola, George Sand o Henry James, no sin antes tener que sufrir la fuerte crítica de la época. Franz Kafka llegó a decir que La educación sentimental era una de las pocas cosas de la vida que le interesaba, “junto a unos pocos seres humanos”.

El subtítulo de la novela es “Histoire d’un jeune homme“, la historia de un hombre joven, aunque en realidad es mucho más que esto. El mismo Flaubert, disgustado por la agria acogida de su obra más personal, en la que había depositado tantas ilusiones y cinco años de trabajo constante, dijo que no se había sabido entender esta novela que, en realidad, retrata el París de una época.

El protagonista de la novela es Frédéric Moreau, un apuesto provinciano de dieciocho años que llega a París cargado de sueños y ambiciones. El futuro de Frédéric parece depararle grandes cosas. Sin embargo, al llegar a la capital, su vida descarrila cuando se enamora perdidamente de Marie Arnoux, la casta mujer de un editor burgués y madre de dos hijos. Aunque en París este inocente Frédéric crece, se curte, descubre la amistad, la hipocresía, el arte, la revolución, la política y las mujeres, siempre arrastra de su adolescencia esta debilidad secreta, este amor idílico, platónico, prohibido por Marie, este amor desesperado que despojará la felicidad de todo éxito, que relegará los intereses propios de su edad a molestas distracciones de su única obsesión, que conjugará todas sus acciones. Esta pasión consume a Frédéric, que abandona sus estudios de Derecho y pasa a deambular sin ningún propósito ni destino por las calles de París. A la tormenta sentimental que sufre Frédéric pronto se une un terremoto político, la revolución de 1848 y la fundación del Segundo Imperio francés.

Antes de empezar a escribir esta humilde reseña he navegado un rato por este océano que es internet para recoger las opiniones de otros lectores. He llegado a una conclusión: La educación sentimental, a diferencia de Madame Bovary, es de estas novelas que o la amas o la detestas. El argumento no deja de ser sencillo: el amor de un adolescente por una mujer mayor y casada le obsesiona y le impide vivir esa época que todos los chicos de su edad con la libertad y la despreocupación que le serían propias. Esto mismo le pasó al mismo Flaubert en su juventud cuando se enamoró perdidamente de Élisa Schlésinger. También en las vivencias de Frédéric en la inestable París de esa época evocó Flaubert su propia experiencia.

Sin embargo, a pesar de que el argumento me llamaba mucho la atención y aunque aprecio la indiscutible genialidad del escritor francés, en ningún momento he conseguido entrar en esta historia. Flaubert incorpora personajes a raudales sin perfilarlos lo suficiente y el resultado es esa incómoda sensación de ir leyendo de personajes que no conoces. Perdido en una París que parece una página de “¿Dónde está Wally?” no sabes si el personaje que se está yendo por los cerros de Úbeda es amigo, enemigo, rival, familiar o desconocido para el protagonista.

También está el hecho de que en este libro no sucede en realidad nada. Quizás por la indecisión y ambigüedad de Frédéric, quizás por la castidad y prudencia de Marie, pero al fin y al cabo ésta es la historia del protagonista deambulando por París, buscando siempre algo que no tiene y no consiguiendo nada. He leído libros en los que no sucede nada pero son increíbles porque el pulso de la narración en sí contiene toda la emoción necesaria para enganchar al lector (me consta que esto es lo que pretendía Flaubert), pero en este caso, aunque es innegable que hay descripciones magistrales, las divagaciones constantes apagan cualquier atisbo de naturalidad que pudiera surgir del relato. El protagonista ni siquiera me generó ningún tipo de empatía.

La educación sentimental es técnicamente perfecto (como todo lo escrito por Flaubert), pero aun así no ha conseguido interpelarme, no ha conseguido meterme en la piel del protagonista, vivir el furor revolucionario de aquellos años en París. La moraleja es que los clásicos no siempre te van a gustar. Quizás no lo he leído en el momento adecuado o quizás simplemente los engranajes de esta historia, que tantas pasiones han levantado en grandes literatos, no han funcionado conmigo.

*

El dibujo de la cabecera es de André Dunoyer de Segonzac para una edición de La educación sentimental.

*

9788439731597Título: La educación sentimental.

Autor: Gustave Flaubert.

Traductor: Hermenegildo Giner de los Ríos.

Título original: L’Éducation sentimentale.

Editorial: Literatura Random House.

Páginas: 528.

Precio: 20,90€

ISBN: 9788439731597.

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7 Comments

  • Nina Rapsodia
    Posted 13 de julio de 2018 at 4:07 pm

    Yo lo lei en el 2011 en una asignatura de mi carrera, mi profesor de periodismo considera que es de las primeras obras con contenido de periodismo y no ficción, ya que incorpora muchos elementos de ese tipo, aunque suele pasar que los personajes no te entren y es normal. yo se que me gustó mucho en su momento 🙂

  • Con tinta y letras
    Posted 14 de julio de 2018 at 3:22 pm

    ¡Hola, Jan!

    Como todo el mundo, cuando alguien nombre a Flaubert se me viene a la cabeza “Madame Bovary” y no este libro, que es bastante más desconocido. He de decir que me llama bastante la atención aunque a ti no haya terminado de convencerte, por lo que primero leeré su obra más destacada y luego ya me haré con este, si es que el primero me gusta.

    ¡Nos leemos!
    Lua.

  • Janire
    Posted 15 de julio de 2018 at 3:56 pm

    Esta novela me llama bastante, pero no se si debería empezar con Madame Bovary primero… Das mucha rabia cuando no conectas con los personajes en ningún momento. Saludos

  • Trackback: Midyear Check In Tag – Trotalibros
  • Ana
    Posted 17 de julio de 2018 at 9:40 pm

    Tu reseña ha dado un giro curioso. Al principio pensaba que era un libro que recomendarías y, quizás lo hagas, pero luego está claro que no te ha gustado. En cualquier caso es un lujo que nos traigas a los clásicos y que nos los presentes tan bien. Saludos.

  • Trackback: 30 libros geniales ambientados en París – Trotalibros
  • Paseando entre páginas
    Posted 4 de octubre de 2018 at 7:19 pm

    Coincideixo amb Ana, m’ha passat el mateix mentre llegia la teva ressenya. Una llàstima que no t’hagi conveçut, però bé, no es pot endevinar sempre.

    Salutacions,
    Laura.

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