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La niña perdida, de Elena Ferrante

“—¿Qué significa que Nino es una inteligencia sin tradiciones?
Ella me miró irónica.
—Que no es nadie. Y que para el que no es nadie convertirse en alguien es más importante que cualquier otra cosa. La consecuencia es que el señor Sarratore es una persona de poco fiar.
—Yo también soy una inteligencia sin tradiciones.
Sonrió.
—Sí, tú también, y por eso no eres de fiar.”
Finalmente ha llegado el momento que tanto temía: he acabado la tetralogía Dos amigas. No me puedo creer que haya llegado el final de esta inolvidable historia de la amistad entre dos niñas que nacieron en un barrio pobre de la ciudad italiana de Nápoles. En La amiga estupenda se relata su infancia, en Un mal nombre vivimos el éxtasis y los enamoramientos apasionados de su juventud y en Las deudas del cuerpo sufrimos con la llegada de la adultez las consecuencias de las decisiones tomadas bajo aquel ímpetu. Ahora, en el final del camino, llega la madurez y la vejez. Hoy os traigo La niña perdida, de Elena Ferrante.


Esta última parte de la tetralogía arranca con las dos amigas protagonistas muy alejadas. Por un lado, Lenù, que se empieza a consolidar como escritora de éxito internacional, lo abandona todo para seguir a un amor de juventud. Lila no entiende esta decisión y, aun enfadadas, Lenù vuelve a Nápoles para intentar vivir con su amante, ser una buena madre para sus hijas y a la vez no abandonar su carrera profesional. Por otro lado, Lila sigue en el barrio donde nació, donde empieza a obtener suficiente poder como para enfrentarse a los mismísimos Solara.

La niña perdida tiene dos partes claramente diferentes. En la primera, que da título al libro, se narra la aventura apasionada de Lenù con su amante y es quizás la parte más feminista de la saga. Aunque ya lo vimos en Las deudas del cuerpo, aquí es más exhaustivo el problema al que se enfrentan todas las mujeres. Llega un momento en el que Lenù tiene tres frentes abiertos: su amante, quien a pesar de insistir en lo mucho que la ama no la ayuda en nada y no está dispuesto a renunciar a ningún aspecto de su vida, sus hijas, que cada vez ven menos a su madre, su carrera profesional, que le exige mucho tiempo y concentración, y, por si fuera poco, otro embarazo. Encontramos aquí a la súpermujer (existen muchas), que saca fuerzas de dónde no tiene para tirar adelante. Siente que si vive con su amante y cuida de sus hijas no tiene tiempo de trabajar, si trabaja y cuida de sus hijas no tiene tiempo para estar con su amor de juventud, y si comparte tiempo con él y trabaja abandona a sus hijas. A esto hay que añadirle un mundo machista que no deja de insistirle que abandone su autonomía y adopte el papel preestablecido de la mujer; una buena amante y madre.

Conocemos a una Lenù y a una Lila fuertes, que han pasado por la ilusión (Un mal nombre) y han pagado sus consecuencias (Las deudas del cuerpo). La madurez avanza, los hijos se hacen mayores y los problemas que una vez fueron entre niños pasan a ser problemas entre adultos con familias. Lenù vuelve a adoptar su actitud pasiva respecto a la vida, lo que la convierte en la perspectiva perfecta para observar a Lila, que sigue con su genio y su carácter indómito intactos.

La segunda parte, “Historia de la mala sangre”, recorre la vejez de las protagonistas a partir de una tragedia que cambia completamente su amistad. En esta última parte vivimos la sensación cuando la realidad empieza a pasar por los personajes, el paso de una nueva generación, con nuevas ilusiones y nuevas utopías. Este capítulo final en momentos se aproximaba a la crueldad de George R.R. Martin a la hora de liquidar sin piedad ni aviso previo a personajes que el lector ha visto crecer y evolucionar a lo largo de la saga. Y finalmente llegamos al momento del principio de la saga, cuando una llamada del hijo de Lila lleva a Lenù a escribir toda su historia.

¿Cómo se puede acabar una saga que abarca toda la vida de tantos personajes? Es difícil, muy difícil, y de alguna manera me atemorizaba que un mal final estropeara una saga tan bien orquestada. Pero me alegro al poder afirmar que Elena Ferrante sabe darle un final a la altura de la historia, sabe encontrar un equilibrio entre el detalle que el lector anhela saber y la ambigüedad que oculta lo que el lector no debe saber. Demuestra, a lo largo de esta última parte y específicamente en su final, esta habilidad suya de tener todos los elementos de la historia, así como las emociones del lector indefenso, bajo su control. Una maestría inaudita con la que sigo alucinando después de cuatro libros leídos.
En conclusión, el final de la tetralogía Dos amigas está a la altura de la saga entera, y esto, os aseguro, no es decir poco. Si Stefan Zweig fue mi descubrimiento del 2015, de momento sin duda Elena Ferrante es el del 2016. Me he enamorado de todos y cada uno de sus personajes, de su forma de narrar, sencilla e intensa por igual, la naturalidad de su narración y los giros constantes e inesperados de la historia. Sin duda estos cuatro libros conforman una de las narraciones más intensas, inolvidables y soberbias de nuestros tiempos. No la dejéis pasar.



Agradecimientos a Lumen por el ejemplar.








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9 Comments

  • José Ángel Moya Molina
    Posted 19 de mayo de 2016 at 11:38 am

    Quizá le dé una oportunidad a la tetralogía pero no ahora, más adelante. Saludos 😀

  • Natàlia
    Posted 19 de mayo de 2016 at 3:35 pm

    Aai que ganas. Estoy también enganchada a esta saga. Ahora terminando Las deuda del cuerpo.
    Un beso 😉

  • Neus
    Posted 19 de mayo de 2016 at 6:12 pm

    Me parece un ,libro muy interesante..
    no le había echado el ojo, pero estoy segura que me gustará leerlo
    apuntado 🙂
    un beesito

  • Margari
    Posted 19 de mayo de 2016 at 9:35 pm

    Una autora con la que, sin duda, tengo que estrenarme. Aunque tardaré aún, que tengo mucho pendiente.
    Besotes!!!

  • Inés
    Posted 20 de mayo de 2016 at 7:32 am

    Acabé hace poco el tres y ni que decir tiene que estoy deseando leer este que reseñas hoy.
    Un beso

  • Ray
    Posted 20 de mayo de 2016 at 8:01 pm

    Me gusta esta evolución que va desarrollándose a lo largo de los cuatro libros. Lo tendré en cuenta, aunque más para un futuro, la lista de pendientes me acaba desbordando.

    Un abrazo 😉

  • INMA
    Posted 26 de junio de 2016 at 8:27 am

    Leyendo el segundo. Gracias!!!

  • AniPatagonia
    Posted 7 de julio de 2016 at 9:27 am

    Estoy a punto de acabar el libro y quiero, pero no quiero (se entiende, no?). Voy a echar de menos a Lila y Lenú. Qué bien capta esta saga la complejidad de las amistades femeninas y el universo femenino en general.
    Es un auténtico placer de lectura y yo también creo que se convertirá un clásico de la literatura, o al menos debería.
    Yo soy #teamlenú, por cierto

  • Esther
    Posted 18 de julio de 2016 at 7:05 am

    Yo la estoy acabando. A mi también me ha sorprendido. El primer tomo lo leí un poco desconcertada, los personajes me ponían un poco nerviosas. El segundo lo acabé con ganas de coger a Lenu por el cuello y decirla espabila!!! El tercero me encanto. Y este último me esta pareciendo muy especial. No sé si leeré más de esta autora pero sí decir que me ha encantando esta saga.

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