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Las hermanas, de Stefan Zweig

“No sólo los extraños, ni siquiera su propia madre era capaz de distinguir a aquellas dos niñas que tenían la misma edad y la misma figura. A Helena y Sophia. Tan completo era su parecido. De modo que hizo que Sophia llevara como brazalete una cintita de tela para diferenciarla de su hermana gracias a aquel distintivo. Pero si oía sus voces o tan sólo veía los rostros de sus gemelas, entonces no sabía con qué nombre debía llamar a cada una de ellas de tan semejantes como eran.”

Os habíais creído que me había olvidado de Zweig? ¡Imposible! No son pocas las obras de este escritor que os he traído a lo largo de este año, pero es que realmente su prosa me ha atrapado y, hasta el momento, no me ha decepcionado. Por esto hoy os traigo otra pequeña joya a la que este autor nos tiene acostumbrados, Las hermanas, de Stefan Zweig.

La historia arranca cuando un viajero llega una ciudad y contempla dos hermosas torres gemelas. La curiosidad lo lleva a preguntar por tal obra arquitectónica, a lo cual un local le cuenta la leyenda de dos hermanas gemelas idénticas, Helena y Sophia. A medida que crecen ambas van adquiriendo una belleza sobrenatural, pero también se van volviendo más ambiciosas y envidiosas la una de la otra. Helena toma el camino de la lujuria y el egoísmo hasta conseguir ser la más deseada de las prostitutas, mientras que Sophia toma el camino de la castidad y la generosidad hasta ser la más santa de las novicias. Ambas persiguen su único anhelo y obsesión: ser mejor que la otra, superarla, sin sospechar que ambas corren hacia un mismo destino.

Este cuento comparte las características con las demás obras del autor; una narración intensa y cuidada (en este caso con cierto tono de leyenda), unos personajes sencillamente increíbles, una moraleja inolvidable y todo esto… ¡en sesenta y cuatro páginas! Cada línea, cada palabra, te arrastra a través de un torbellino hacia el insondable final.

El libro tiene como subtítulo Conte drolatique, “cuento de humor”, cosa que no he acabado de entender, ya que no le he visto humor alguno al relato. Como siempre, Zweig sabe la manera perfecta de introducirnos a la historia y nos presenta a dos hermanas idénticas físicamente -ni su madre sabe diferenciarlas- que tratan con todas las fuerzas de separarse y destacar más que la otro, y sus vidas solo tienen sentidos comparándose a la otra.

En conclusión, otro cuento de Zweig que vale mucho la pena, que se lee en una tarde y que no olvidarás fácilmente. No acabo de entender cómo de forma tan breve consigue llegar tanto al lector, involucrarse tanto en sus personajes. Lo de este autor no es literatura, es magia.





9 Comments

  • Agnieszka
    Posted 21 de noviembre de 2015 at 6:24 pm

    Sólo escritores excelentes, muy pocos, saben hacerlo, Jan.
    besos

  • Ana
    Posted 21 de noviembre de 2015 at 6:39 pm

    Fantástico Zweig. Totalmente de acuerdo contigo ¡cómo en tan pocas páginas consigue una historia tan honda! Ésta no la he leído, pero seguro que también disfrutaré mucho con ella. Saludos.

  • Shorby
    Posted 21 de noviembre de 2015 at 11:10 pm

    Me encanta este hombre, no he leído nada suyo que no me haya gustado =)

    Besotes

  • Margari
    Posted 21 de noviembre de 2015 at 11:46 pm

    Éste no lo he leído, pero lo haré. Como bien dices, este autor sabe hacer magia con las palabras.
    Besotes!!!

  • Nina
    Posted 22 de noviembre de 2015 at 3:35 am

    cuantos libros tiene don zweig T_T xD asi como los consigo todos pronto?

  • Ginger
    Posted 22 de noviembre de 2015 at 11:36 am

    Maravilloso Zweig! Siempre es una apuesta segura.
    Saludos!

  • amparo puig
    Posted 22 de noviembre de 2015 at 6:48 pm

    No he leído nunca a este autor pero como me gustan las cosas bien escritas, queda apuntado.

  • Reich TheCure
    Posted 23 de noviembre de 2015 at 12:46 am

    ¡Me encanta leer tus comentarios sobre Zweig! Solo haces que quiera leerlo cuanto antes.
    ¡Un saludo!

  • Mónica-serendipia
    Posted 23 de noviembre de 2015 at 10:04 am

    Los cuentos de Zweig son como bombones exquisitos, aunque hay que ir racionándolos para que no se nos acabe la caja demasiado pronto. Pero, ahora que lo pienso, siempre nos quedará la relectura :-)))

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